lunes, 15 de junio de 2015

Pecados financieros: avaricia.

Quería tenerlo todo, mi amiga Beatriz.
Un gran automóvil, buena casa con piscina, un departamento en alguna playa top para rentar si alguna vez llegaba la vejez y la mejor jubilación. Joyas de oro, porque el papel se desvaloriza, me decía.
Trabajaba para eso.
Largas jornadas laborales, desde antes que saliera el sol hasta muy entrada la noche.

Su hermana contrajo matrimonio con un buen hombre que la amaba. Su patrimonio ascendía a dos hijas encantadores, una casa heredada de sus suegros, un perro fiel y una gata independiente.

Beatriz rara vez asistía a los cumpleaños de sus sobrinas a pesar de las insistentes invitaciones, rara vez llegaba con algún regalo.
Los fines de semana se encerraba en casa a trabajar en el PC, observar los movimientos de la Bolsa de Santiago y dedicarse a cuidar sus joyas, pinturas y antigüedades de alto valor.
El “único despilfarro” –según sus palabras- era comprar crema anti-age de buena marca. No usaba jabón porque resquebrajaba la piel y mantenía un control férreo sobre los gastos.

Con apenas 42 años le diagnosticaron un aneurisma cerebral que -sin aviso- le descontroló la vida, felizmente sin consecuencias fatales.
Hoy sus días transcurren entre los controles médicos, las sobrinas la han adoptado para turnarse atendiéndola con dedicación de Florence Nightingale y las tardes bucólicas en la casa de su hermana, alejada del "mundanal ruido". Lejos está aquel tiempo de codicia y desmedido amor por las riquezas.

La visito en ocasiones, aún tiene rasgos del antiguo hábito, ciertos tics que conservan las personas avaras, pero el amor y los cuidados familiares producen milagros.
Tal vez con el cariño constante de su hermana y el tiempo pueda ser dichosa más allá de las posesiones materiales que –por cierto- ayudan pero no son el único leitmotiv de una sana existencia.


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También les dijo: 
«Manténganse atentos 
y cuídense de toda avaricia, 
porque la vida del hombre no depende
 de los muchos bienes que posea.»


El Señor Jesús lo dijo en: Lucas 12:15

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3 comentarios:

Susana dijo...

Para qué acumulas riquezas en la tierra si mañana puedes estar muerto, dice también la Biblia. Un beso.

Fernando dijo...

Pues este post es muy importante, Ojo Humano, y nos recuerda la parábola del hombre que tiene una buena cosecha y calcula cómo guardarla hasta que Dios le anuncia que va a morir esa noche. ¿De qué sirve acumular tanta riqueza si luego son tus sobrinas quien han de cuidar de ti? Esta mujer tuvo suerte, se ve que su hermana educó bien a las sobrinas: otra familia la habría metido en una residencia y hubiera ido a visitarla 2 veces al mes.

ojo humano dijo...

Susana: Siempre la Biblia nos aconseja bien.

Fernando, creo que nosotros hemos sido bendecidos con el Espíritu de Dios que nos ayuda a superar nuestras debilidades.