jueves, 26 de enero de 2017

Los bosques de fuego nos descontrolan.

El fuego del bosque traspasa el cielo
Se esfuma en un abrazo con el frío de las nubes
Vaya desperdicio de árboles
Veinte años para crear un tercer elemento.


 
El calor nos trastornó.
De un país tranquilo y sensato,  hemos ido cambiando a ciudadanos  agresivos, un poco presumidos y pendencieros.
Apenas un roce en el tránsito nada mejor que arreglarlo a punta de garabatos, el mínimo reclamo en la fila del Banco genera una ola de quejas;  una inocente cajera del supermercado soporta los subidos decibeles de una clienta descontrolada, los comentarios insanos  en la tv. me obligan al ostracismo.
Ni hablar de twiter, radio, periódicos digitales o de papel, rozan la "verguenza ajena".
Descalificaciones van y vienen con un desparpajo que asombra.
Lo observo con perplejidad y voy sintiendo que estoy en otro país. Tal vez el clima nos ha ido cambiando y no lo había notado.
O los más de 35 incendios forestales nos tienen tan nerviosos,  al extremo que nos desorientamos igual que un niño perdido en una plaza que llora a gritos de miedo. 



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Con carbón se avivan las brasas, 
con la leña se aviva el fuego, 
con el pendenciero se inician las discusiones.

Proverbios 21:21

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6 comentarios:

Susana dijo...

Es una pena que todo se descontrole. Un beso.

ojo humano dijo...

´Querida Susana, es en estos tiempos difíciles que sabemos el valor de la fe y la caridad.
Un abrazo.

Fernando dijo...

Todo lo que dices tiene que ver con la pérdida de Dios, Ojo Humano. Antes la gente quizá creyera de forma incorrecta, con excesivo temor de Dios, pero eso les ayudaba a ser mejores personas, más respetuosos con los demás. Cuando eso se pierde el hombre enloquece. Justo leo ahora el inicio de la Carta a los Romanos, San Pablo dice cosas que parecen escritas hace dos semanas.

Siento lo de los fuegos. Es tristísimo pasar poco tiempo después y ver los restos de lo que fueron bosques hermosos.

ojo humano dijo...

Tienes toda la razón, Fernando. La Carta a los romanos me sorprende, es tan actual. Lástima que no hemos cambiado mucho a pesar de años de sufrimientos. Dios nos ayude a construir con afecto y respeto por el ser humano.
Los incendios han dejado mucha tristeza y aún no terminan. Permanecemos en oración y juntando víveres para ayudar de alguna manera.

Silvia Parque dijo...

Apenas leo sobre los incendios. Qué pena.

ojo humano dijo...

En Chile ha sido una lucha muy esforzada. Tenemos muchos bosques de diversa calidad y mucho terreno con pastos secos. Además de locos pirómanos.
Un abrazo.