viernes, 27 de abril de 2018

Reinventarse.

No se amolden al mundo actual, 
sino sean transformados mediante la renovación de su mente.
 Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, 
buena, 
agradable 
y perfecta.
Romanos 12:2 (NVI)


Al varón de las cuarenta enfermedades le ha costado asumir su nueva vida.
Convaleciente espera.
Espera volver a su posición de joven, invulnerable.
Tal vez su rehabilitación sea larga.
Tal vez nunca se recupere.
Aceptar las nuevas condiciones es una tarea diferida en el tiempo, malhumorada y frustrante, más si es el tema de salud. Sentirse disminuido, limitado, débil y dependiente de otras personas es humillante.
La humillación es una escuela durísima cuando se ha tenido el orgullo de ser aquellos "muchachos del verano" de los que habla el poeta.

¿Cómo logra reinventarse?
No veo que lo intente.
La edad va adaptando otras costumbres, rutinas que dan cierta seguridad, acomodo, manipulación social. Y una marcada presión a de los hijos.
¿Cómo traspasar el límite mental entre la vida antigua y la presente?





(Pintura de: Alexej von Jawlensky)

viernes, 20 de abril de 2018

Crítica.

"Los amigos se vuelven más sabios juntos a través 
de un saludable choque de puntos de vista". 
Timothy  Keller

Creí que era inmune a la crítica.
Craso error.
Todavía tengo la piel frágil, todavía duelen palabras que no deseas escuchar.
¿Cómo tomar la obvia señal de desaprobación, más aún cuando viene de alguien querido?
No sirven los discursos con los que –interiormente- te justificas.
¿Qué hacer en los momentos post? ¿Darse por ofendida? ¿Mostrar indiferencia? ¿Recurrir a una retahíla de reproches por cuestiones pretéritas? ¿Contraatacar con argumentos, como decimos en Chile “sacarle los trapitos al sol”?

Es otoño.
En otoño nadie debería ofenderse.
La brisa es suave, el color sepia invade todo el paisaje, los árboles muestran sus debilidades sin pudor, la fragilidad da la cara ¿por qué sentirnos amenazados si la tierra se muestra tan vulnerable?

Doy una vuelta al pensamiento inicuo que pide desquite ¿y si tiene razón? ¿Y si estoy equivocada?
Camino al atardecer, las sombras se alargan entre las baldosas, van desapareciendo a medida que llega la oscuridad, las luces de la ciudad pacifican los ánimos, de noche –dicen- todos los gatos son pardos, se diluye la irritación, llega la cordura, las palabras del sagrado libro invaden el paisaje “…de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.”

Y mi corazón está en paz otra vez.



viernes, 13 de abril de 2018

"Hablar bien de aquellos que hablan mal de ti”.

El predicador inicia su exposición con esta premisa:
- Hoy quiero proponerles algo práctico, “hablar bien de aquellos que hablan mal de ti”.

Cosa difícil has pedido, dijo el profeta aquel.
Me pregunto qué tan complejo podría ser.
Hablar es un verbo que pareciera estar en vías de extinción.
Cada día que pasa nos volvemos más monosilábicos.

Tal vez ya es hora (" y ahora es") de tomar ciertas decisiones y ejercitarse en aquello que nos habló en  el Monte.
-Ustedes también han oído que se dijo: “Ama a tus semejantes pero odia a tus enemigos”. 
Pero yo les digo que amen a sus enemigos y pidan en sus oraciones por los que los persiguen. De esta forma, ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que el sol salga tanto para los malos como para los buenos y que la lluvia caiga tanto para los justos como para los injustos. 
Si ustedes solamente aman a los que los aman, ¿creen que merecen alguna recompensa por eso? Incluso los cobradores de impuestos aman a sus amigos. 
Y si ustedes sólo son buena gente con sus amigos, ¿creen que están haciendo algo fuera de lo común? Hasta los que no conocen a Dios son así. 
 Por eso, sean ustedes perfectos así como su Padre que está en el cielo es perfecto. 
(Evangelio de Mateo capítulo  5)

Tal vez si empiezo por lo que propuso el predicador sería un buen inicio.
Ahí vemos cómo nos va.




(Ilustración tomada de la Web)

viernes, 6 de abril de 2018

La vida sin siesta.

Si el sueño fuera (como dicen) una tregua, 
un puro reposo de la mente, 
 ¿por qué, si te despiertan bruscamente, 
 sientes que te han robado una fortuna? 
 (Jorge Luis Borges)
Alguna vez nos preguntamos ¿beber o no beber?
Siempre estoy llena de incertezas (excepto –claro está- respecto de la salvación en el Señor Jesucristo y la vida eterna), todo es un enorme signo de interrogación.
¿Comer carne?
¿No?
¿Sí?
¿Leer, ver tele, oír música, ir de Mall o salir a caminar por los cerros?
¿Hacer dieta o comer de todo?
 Y ahora nos presentan este otro dilema, que no debería serlo, la sagrada siesta está puesta en entredicho.

En mi Comuna se levantan altas torres sobre los 20 pisos.
Entre una a dos de la tarde, en las veredas aledañas reposan los trabajadores de la construcción, debajo de algún árbol, en un prado, sobre un cartón o simplemente en el cemento raso, la cuestión es dormir los benditos 10 minutos libres después de la colación.
Camino entre ellos y siento que debo andar en puntillas para no interrumpir el momento de paz y reposo.

Los científicos (¡ah!, siempre esos seres dan cátedra) han descubierto que dormir a mediodía unos diez minutos revitaliza el cuerpo.
Los científicos (¡ah!, que nunca se ponen de acuerdo) dicen que dormir a mediodía conlleva serios peligros para la salud.
Bueno ¿en qué quedamos?


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De nada sirve que ustedes madruguen,
y que se acuesten muy tarde,

si el pan que comen es pan de sufrimiento,

y el Señor da el sueño a los que él ama.


Salmos 127:2 (RVC)
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