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viernes, 22 de octubre de 2021

Debería.


-Debería comer menos y de forma selectiva. 
-Debería leer más.
-Debería caminar todos los días mirando mi barrio, la primavera no es  apreciada lo suficiente por los habitantes de la ciudad.
-Debería estudiar el cielo estrellado  cada noche. 
-Debería observar las pinturas que hacen las nubes en el cielo, cada día distintas, únicas.
-Debería orar más; creo que Dios dará valor a su pueblo para superar toda clase de dificultades. 
-Debería comprar lo justo. Miro mi closet, la tentación de una chaqueta roja se hizo irresistible. ¿Chaqueta roja yo?, detesto parecer semáforo.  
Debería ...
Debería...
Todas las posibilidades abiertas a realizarlas...



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En cambio,
 el que fija la mirada en la ley perfecta, 
que es la ley de la libertad, 
y no se aparta de ella
 ni se contenta sólo con oírla y olvidarla, 
sino que la practica, 
será dichoso en todo lo que haga. 

Santiago  1:25 (RVC)

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viernes, 9 de febrero de 2018

Otro mundo en el mundo.

"¿Acaso no ha escogido Dios 
a los pobres de este mundo 
para que sean ricos en fe 
y herederos del reino que él ha prometido 
a los que lo aman?" 
(Santiago 2:5)

Un hombre camina, oscuro de rostro, como una sombra en un día de invierno (aunque estamos en pleno verano).
La bolsa de fierro que carga contradice la “ley del saco”, solo 25 kilos debe llevar un trabajador.
No hay alternativas para el hambre, más kilos en la pesa aumentarán su exiguo ingreso, apenas le alcanzará para el día, un almuerzo frugal y tal vez una fruta, o una pequeña copa de vino.

Transporto a alguien a la compra-venta de latas y fierro.
Le han regalado artículos de demolición, mi liliputiense Marutti sufre con la carga ¿qué leseras no hará una por un buen amigo?
Mientras esperamos llega toda especie de cachureros.
La mayoría de rostros curtidos por el sol callejero  -32 grados a la sombra-, triciclo, bicicleta, carrito de supermercado, camioneta,  cualquier vehículo sirve para trasladar aquello que otros desterraron.
Todo es vendible, todo es comprable, solo hay que encontrar el lugar adecuado.
Observo  una especie de complicidad entre los vendedores, se pasan datos, conversan familiarmente, mandan saludos a sus hijos, la modestia de los pobres me turba, siento cierta vergüenza al curiosear su intimidad.
Aquí el hombre es persona, ser humano, don Juan, don Pedro, la señora Pilar, don Eduardo, se conocen, se respetan, no hay jerarquías ni números (excepto los kilos de la báscula).

Por un momento pareciera que viajé al mundo  del siglo pasado.
Y me agrada.



lunes, 18 de septiembre de 2017

Santiago tomado por aves solitarias.

“La única cosa que nos consuela de nuestras miserias es el divertimiento, 
y, sin embargo, es la más grande de nuestras miserias. 
Porque es lo que nos impide principalmente pensar en nosotros, 
y lo que nos hace perdernos insensiblemente. 
Blaise Pascal 

Mis amigos se van por las Fiestas Patrias.
El viernes por la tarde la ciudad quedó como pueblo deshabitado.
¿A dónde irán?
No importa mucho, la idea es salir de casa, estar donde todos están, la playa, el Norte.
Al extranjero si hay más “lucas”.
Cada año me asaltan las mismas interrogantes, con ligeras variaciones.
¿Por qué escaparse de su casa?
¿Por qué no intentar el placer de dormir hasta tarde, comer cualquier cosa y vagabundear por la ciudad?
Trabajan con horarios inhumanos, a veces muchas horas de pie, el estrés los consume ¿por qué conducen en filas descomunales para salir de Santiago (y para volver)?
Una querida amiga tiene su teoría, “no les gusta la soledad”, me dice.
¿Será?
“Estar solo –dice Ely- los enfrenta con sus miedos, sus deseos insatisfechos y su necesidad espiritual”.
Tal vez tenga algo de razón.
La ciudad se ha vuelto opresiva, muchos vehículos, mucho ruido, poca paz en las calles.
Lo extraño es que todos se van y llevan consigo el ruido.
Por mí, qué disfrute.
Canto de aves,  buenas lecturas, aire primaveral y un menú  especial para celebrar a Chile.
Días perfectos.


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 «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.
 ¡Yo seré exaltado entre las naciones! 
¡Yo seré enaltecido en la tierra!»

Salmos 46:10

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lunes, 3 de julio de 2017

Propósitos.

Estudiamos la Carta de Santiago.
La maestra nos ha propuesto que busquemos 10 propósitos para practicar en las próximas semanas.
Yo creo que me demoraré un rato largo en hacerlos, si es que logro llegar. Por empeño no me quedaré, pero si están de acuerdo conmigo, son unas metas bien "heavy", si la gracia de Dios me ayuda,  ahí vamos.
Lo peor, no intentarlos.
Lo mejor, estoy viva y espectante de lo que Dios hará.
Entre lo peor y lo mejor, la disciplina de cada día, cambios imprescindibles, frustraciones, alegrías. 
Imprimo un papelógrafo, lo coloco frente al escritorio, ya es un inicio.



miércoles, 24 de junio de 2015

Paseo de otoño en Santiago.

Nos sentamos en la plaza bajo el tenue sol de otoño que ilumina los paseantes dándoles un aire de fantasía.
Las palomas revolotean y los gorriones pelean por las diminutas migas de pan esparcidas entre las baldosas. En el quiosco central suena una música de Mozart, tal vez el Concierto N° 9.

En unas pequeñas mesas algunos hombres juegan ajedrez. Una madre sube a su hijo a un caballo de madera para que el fotógrafo los inmortalice mientras sonríen, se besan, las manos enlazadas en un instante de dicha.
Más allá un pintor retrata una muchacha que permanece quieta como una misteriosa monalisa. La brisa es apacible, como si no quisiera interrumpir la placidez del momento.

Recuerdo el poema de Nicanor Parra, "hay un día feliz". 
No se puede dudar, éste es el reino/ Del cielo azul y de las hojas secas/ En donde todo y cada cosa tiene/ Su singular y plácida leyenda:/ Hasta en la propia sombra reconozco/ La mirada celeste de mi abuela./ Estos fueron los hechos memorables/ Que presenció mi juventud primera,/ El correo en la esquina de la plaza/ Y la humedad en las murallas viejas./ ¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe/ Uno apreciar la dicha verdadera,/

Tarde  perfecta.
La felicidad de las cosas simples.
Plaza de Santiago, kilómetro cero.


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Este es el día que hizo el Señor;
    nos gozaremos y alegraremos en él.

Salmos 118:24

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martes, 29 de julio de 2014

Así se nos va la vida.

A menudo llega a las reuniones de nuestra Comunidad con "cara de pocos amigos".
Siento compasión por ella, una mujer distante, amurrada, sola, gris. 
La saludo con una sonrisa que de a poco desaparece, casi me avergüenza ser cordial.Sus primeras palabras son para quejarse por el clima, las enfermedades, el gobierno, la locomoción, los vecinos, etc.
Tal vez ni le interesa mi saludo, que la compadezca o que la entienda.
Y no la entiendo, esa es la verdad, la sicología es una ciencia que ignoro.

¿Por qué hay seres humanos que se quejan por todo?
¿Es una manera de llamar la atención?
¿Es la resultante de una infancia infeliz?
¿Han sido maltratados más allá de sus fuerzas?

 O simplemente se plegaron a la mayoría, la queja, institución nacional. 




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"No se quejen" 



Santiago 5:9


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(Viñeta de lanación.com.ar)

viernes, 13 de junio de 2014

Partido Chile vs. Australia.

Me rindo. 
Después de practicar una absoluta indiferencia, luego una oposición pasiva y por último un sufrido silencio, casi tildada de antipatriota, lo reconozco, he sido superada por la marea roja. 
Por todos lados escucho el sonar de las bocinas, las famosas “vuvuzelas” invaden las calles, la tv. está inmirable, mis vecinos de los departamentos nuevos han llenado de banderas chilenas sus terrazas, las paradas de buses repletas de peatones esperando un bus que no aparece, desesperados por llegar a sus hogares a la hora del partido Chile-Australia, todo tema se ha postergado por 90 minutos.
La vida parece detenida en las imágenes de la pantalla, en todo lugar. 
El aire huele a asado, abandonadas en mi reja han quedado botellas vacías de cerveza que han dejado los transeúntes.
La loquita del barrio pasa hablando incoherencias sin mirarnos, solo ve los amigos invisibles con los que se ríe o pelea, de la fiesta callejera no se percata.
Es la media hora previa y las aceras poco a poco van vaciándose. 
Yo abro una etiqueta con “deportes”, en este blog. Me da vergüenza poner fútbol. 
Y pienso que nuestro evangelio no ha sabido imbuir de pasión la vida de los creyentes, eso me apena. 
Tal vez por eso los deportes masivos han tomado un lugar desmesurado. 



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Entrénate para una vida dedicada a Dios. 
El ejercicio físico te sirve de algo, 
pero una vida dedicada a Dios te trae bendiciones 
tanto para la vida presente 
como para la del mundo venidero. 

1 Timoteo 4:7-8 (PDT) 
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sábado, 17 de agosto de 2013

Cruzar la calle.

“Instrucciones para subir una escalera” escribió el argentino Julio Cortázar. 
Por estos días (si estuviera vivo) tal vez escribiría otras, por ejemplo "instrucciones para cruzar una calle", cosa nada fácil y que se presta a mil sutilezas. 
En este fin de semana largo -con viernes sándwich incluido-, ya van más de 13 fallecidos por imprudencias al cruzar o conducir en estado de ebriedad. El peatón chileno es una especie de kamikaze vial, aunque el conductor borracho le hace la competencia en imprudencia y tontería. 
He visto personas lanzarse a un paso cebra sin siquiera mirar, provocando desde bruscas frenadas hasta violentas colisiones. 
Un muchacho del barrio me dice, el peatón tiene  “derechos” y esta última palabra la recalca con decisión. 
Sí, le respondo, pero a veces es preferible perder un “derecho” antes de terminar en la Posta con los huesos rotos. 
-En ese caso me tienen que pagar todo”, refuta. 
-Ya, ¿y quién te vuelve a renovar el cuerpo fracturado? 
Ay, Cortázar, necesitamos los oficios de un buen escritor, tal vez así podríamos aprender sabiduría en algo tan elemental que hasta los perros callejeros saben hacer. 




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Clama la sabiduría en las calles; 
en los lugares públicos levanta su voz. 
Clama en las esquinas de calles transitadas; 
a la entrada de la ciudad razona. 

(Proverbios 1:20-21 NVI)


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